El ejercicio ministerial obedece a un claro y específico llamado de Dios. No es algo nuevo. Ha sido así desde el comienzo de la humanidad. El Señor llamó a Noé, a Abraham, a Moisés, a Josué, a Samuel. La lista es muy prolongada. En el Nuevo Testamento, encontramos el llamamiento que se hizo a quien llegaría a ser el apóstol Pablo. Y, por supuesto, el que se ha convertido en un símbolo emblemático: el llamamiento a los discípulos:
En aquellos días él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios. Y cuando era de día, llamó a sus discípulos, y escogió a doce de ellos, a los cuales también llamó apóstoles: a Simón, a quien también llamó Pedro, a Andrés su hermano, Jacobo y Juan, Felipe y Bartolomé, Mateo, Tomás, Jacobo hijo de Alfeo, Simón llamado Zelote, Judas hermano de Jacobo, y Judas Iscariote, que llegó a ser el traidor.” (Lucas 6: 12-16 | RV 60)
Ahora bien, el trato de Dios es individual. Trata con cada uno conforma a las circunstancias (Cf. Lucas 5: 1-11; 27-32). Cada quien decidió. El Supremo Hacedor no obligó a ninguno.
TRES FACTORES QUE FUNDAMENTAN EL LLAMADO
Cuando alguien ha sido llamado por Dios para cumplir una misión específica, hay por lo menos tres fundamentos que dan solidez a su desenvolvimiento:
a.- _________________________
b.- _________________________
c.- _________________________
Una ilustración para estos principios lo encontramos en la escena cuando Dios llama a Abraham (Lea Génesis 12: 1-5). Él estaba en la comodidad de su territorio, junto a su familia. Tenía solidez económica y reconocimiento social.
Sin embargo, cuando escuchamos la voz de Dios y respondemos a la convocatoria, avanzamos a un nuevo nivel. Para subir a los nuevos escalones necesitamos tres elementos: disposición, determinación y perseverancia.
Si los atesoramos en el corazón y permitimos que formen parte de nuestro desenvolvimiento, nos llevarán lejos, conforme a los planes y a la voluntad de Dios.
LA ÉTICA Y EL LLAMAMIENTO MINISTERIAL
El _________________________ y _________________________ del hombre, se conjugan en un factor muy importante que llamamos _________________________. Ahora bien, con el paso del tiempo se ha identificado la _________________________ con la _________________________ y ésta, a su vez, con una _________________________.
El problema se produce cuando la profesionalización desestima el llamamiento de Dios.
Hoy día y con la facilidad de preparación académica, muchos de quienes sirven a Dios en la extensión del Reino, se da más prelación a los procesos formativos que a la intimidad con Aquél que nos llamó. ¡Tremendo error! Lo uno debe ir de la mano con lo otro.
Puede que tengamos mucha teología (lo cual es bueno, sin duda), pero si no nos comunicamos de manera permanente con Aquél a quien servimos, perderemos toda la eficacia en cuanto hagamos, por muy meritorio que parezca.
Ahora, en el escenario de la respuesta al llamamiento y el ejercicio ministerial, hay un compromiso que jamás podremos dejar de lado: la ética en el desenvolvimiento cotidiano. En esencia, buscar siempre la excelencia.
El teólogo español Roberto Noriega, anota algo que reviste singular importancia:
Algunas profesiones tienen sobre sí la pesada carga de ser comprendidas como un servicio a la sociedad bajo unos principios tradicionales de profesionalismo, sino que se ven como un negocio personal carente de principios, hasta el punto de ser miradas como un peligro para la sociedad cuando están en manos de personas sin escrúpulos morales. Parece que han perdido el interés por el bien común y por el servicio altruista hacia otros.”
Debemos recordar siempre que quien sirve en el Reino de Dios, es distinto de los demás ya que su trabajo no se rige tanto por los principios seculares como por aquellos basamentos que están contenidos en la Palabra de Dios, que es la brújula principal que guía su norte.
EL CARÁCTER DEL SERVIDOR DE CRISTO
De acuerdo con la persona que se es, el servidor de Cristo actúa en el ejercicio del ministerio al que ha sido llamado. El carácter es lo que les da coherencia a las acciones orientadas en una dirección moral. Tiene que ver con los hábitos y actitudes enraizadas en el corazón. El carácter determina el grado de influencia del servidor.
¿Se puede modificar el carácter? Por supuesto que sí. Es posible y debemos hacerlo cuando descubrimos que hay una enorme distancia entre lo que enseñamos y lo que hacemos.
La transformación, con ayuda de Dios, se va adquiriendo y modulando progresivamente en las actuaciones de cada día. Lo incorpora a las decisiones éticas de su desempeño ministerial.
RESPUESTAS A LA LECCIÓN 3:
A continuación, encontrará las palabras o frases que requiere para llenar los espacios en blanco que aparecen en la Lección de hoy:
TRES FACTORES QUE FUNDAMENTAN EL LLAMADO
a.- Disposición
b.- Determinación
c.- Perseverancia
LA ÉTICA Y EL LLAMAMIENTO MINISTERIAL
- Llamamiento
- Respuesta
- Vocación
- Vocación
- Carrera
- Profesión
EJERCICIOS PARA AFIANZAR LOS CONOCIMIENTOS
Lea el pasaje de Lucas 5:1-11. A partir del análisis cuidadoso del pasaje, vamos a descubrir y aplicar enseñanzas prácticas, íntimamente relacionadas con la fundamentación ética:
1.- ¿Qué estaban haciendo los pescadores? ¿En qué consistía su rutina diaria? (Versículos 1, 2)
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2.- ¿Qué hace el Señor Jesús con las herramientas que encuentra a mano? (Versículo 3)
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3.- ¿Por qué pidió el Señor Jesús a Pedro que se adentraran en el mar y echaran las redes para pescar? (Versículos 4, 5)
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4.- ¿Cuál es uno de los factores determinantes para que ocurran milagros en nuestras vidas y en la de quienes nos rodean, comenzando por el entorno familiar? (Versículo 6)
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5.- ¿Qué podemos esperar de la fidelidad a Dios? (Versículos 6, 7)
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6.- ¿Cuál debería ser la actitud del hombre cuando descubre y reconoce la grandeza de Dios? (Versículo 8)
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7.- ¿Qué les prometió el Señor Jesús a los rústicos pescadores a cambio de que lo siguieran? (Versículos 9, 10)
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8.- ¿Qué hicieron los pescadores al llegar a tierra? ¿Haría usted lo mismo? (Versículo 11)
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© Fernando Alexis Jiménez – Entrenador del Instituto Bíblico Ministerial de la Misión Edificando Familias Sólidas.
